Gotas en el Océano de Amor

Las Bendiciones de Servir a Otros

 

Por la hermana iniciada Hannah Vu, Maryland, EUA (Originalmente en inglés)

En febrero del Año Dorado 3 (2006), recién me había mudado a Maryland y estaba intentando encontrar una obra de caridad para llenar mi vida. Siendo una recién llegada, no tenía amigos ni conocía a ningún iniciado. Luego de buscar en la Web, fui guiada a la Casa Chase, un albergue para hombres desamparados en donde fui bienvenida para proveerles cenas vegetarianas para 40 caballeros una vez al mes.

Como no había cocinado anteriormente por mí misma para los desamparados, la primera cena fue algo agitada. Me apresuré, percatándome de que no me había preparado con la suficiente antelación. "Desearía contar con alguna hermana para ayudarme!" Pensé mientras preparaba la cena. La comida que ofrecí estuvo con media hora de retraso, pero incluyó rollos primavera, arroz frito, galletitas y ensalada. Unos pocos días después, el coordinador voluntario llamó y dijo que otra dama ya estaba programada para cocinar ese mismo día cada mes. Me preguntó si deseaba compartir el trabajo con ella. Acepté con gratitud y alegría, ¡ya que este era el arreglo de Dios justo como lo había deseado! Así que en el último martes de cada mes, entrego ensaladas y postres tales como galletas hechas en casa o barras de helados, y ella trae pizzas Domino. Por tanto, el entregar cenas a los desamparados de la Casa Chase se convirtió en algo simple.

Mientras tanto, la Maestra me guió a otro albergue para mujeres llamado Centro de Mujeres de la Avenida Montgomery, en donde se quedan temporalmente de 15 a 20 mujeres desamparadas una vez en cualquier momento, mientras obtienen ayuda profesional. Además de las comidas y las camas para la noche, el Centro también provee un programa diario con diferentes tipos de clases educativas. Luego de contactarlos, se me solicitó inicialmente proveer suministros para desayuno una vez al mes.

Un domingo cuando hacía la entrega de los jugos, cereales, panes, panecillos, café y similares, sentí una atmósfera depresiva en al aire. Escuché a una persona disgustada gritando, vi a algunas sentadas mirando ociosamente al espacio al igual que a otras observando con profunda pena, casi como en un hospital mental. "El amor y la bendición de la Maestra transformaría este lugar!" Pensé mientras manejaba a casa. Parecía que la Maestra me estaba guiando desde adentro, "Ellas necesitan la Luz."

No sabía que hacer para traer "Luz" a estas personas. Era tímida y me faltaba seguridad muy a menudo. Pero unos días después, cobré valor y llamé a Mary Johnson, Directora del Programa del Centro. Me solicitó que fuera a su oficina para que conversara de la oportunidad. Luego de haber leído el panfleto de la Maestra y recibido el DVD "El Buscador de la Paz", se impresionó mucho y preguntó si yo podría realizar una sesión de una hora semanalmente que incluyera una presentación de video e introducción a la meditación. Dejando todo el nerviosismo de lado y recordando el Poder de la Maestra, fui allá cada miércoles en la tarde y proyectaba los videos de conferencia de la Maestra, entregaba libros de muestra y volantes de Vida Alternativa, contestaba preguntas espirituales si las había, y las alentaba a comer vegetariano más a menudo. Siempre había nuevas caras cada semana.

Durante esa temporada no era muy feliz en mi propia vida externa, así que tenía mucha pena y sentía la necesidad de ayudar a aquellos en una situación menos agraciada, mientras intentaba olvidar la mía. Estas mujeres realmente no tenían nada: sin familia, sin hogar, sin dinero, sin trabajo, sin amor, sin la Maestra y sin el Método Quan Yin. Me comprendí que si no fuera por la Maestra, ¡podría haber estado casi en el mismo bote!

Para llevar las sesiones semanales a un buen inicio, la directora del programa mostró apoyo sincero por la clase asegurándose de que cada mujer desamparada asistiera y prestara atención al video. Como estas damas no estaban verdaderamente comprometidas con la meditación y la dieta vegetariana, no estaban listas para practicar el Método Conveniente. Aún así, fue conmovedor tener la apacible, confortable voz de la Maestra y Sus palabras iluminadoras en el aire ofreciendo Luz para este lugar.

Con el pasar del tiempo, me pregunté como ayudar de una manera más activa además de proveer información espiritual. Siendo desamparadas, no es fácil seguir cualquier clase de régimen, especialmente una dieta vegetariana. Así que les ofrecí realizar demostraciones de cocina vegetariana y servir el almuerzo cada miércoles de 10:00 am a 12:00 del mediodía, junto a la presentación del video de la Maestra. Casi todo el tiempo, Sumi y Faith, dos de los del personal del Centro, vinieron a ayudar con la preparación de la comida. Como un equipo, la Maestra hablaba en la sala mientras cocinábamos el almuerzo en la cocina de al lado. Para cada menú, se imprimieron recetas detalladas y se colocaron en la mesa junto con los volantes Vida Alternativa.

A las señoras les encantó la comida y disfrutaron de la amorosa atmósfera suministrada por la Maestra. Los miembros del personal también fueron bienvenidos a unírsenos. Las sonrisas iluminaban todos los rostros. Algunos comentaron que les gustaría cambiar a una dieta más saludable mientras que otros tomaban recetas y preguntaban en donde comprar ingredientes vegetarianos. Se ofreció una variedad de platos para que así pudieran apreciar cuantas diversas variedades de hermosos y deliciosos alimentos del reino vegetal nos ha entregado Dios para que no tengamos que comer animales para sobrevivir o disfrutar de una buena comida. Sumi, miembro del personal, estaba tan inspirada que se ofreció a cocinar voluntariamente otro almuerzo vegetariano especial de la India además de nuestro almuerzo regular del miércoles.

Luego de seis meses con ellos, me percaté de que me estaba movilizando hacia otro estado. En mi último día de preparación del almuerzo en el Centro de Mujeres, llevé a Sumi a las tiendas de alimentos, a solicitud de ella, para mostrarle donde comprar los ingredientes vegetarianos que usualmente utilizaba para cocinar. Ella mencionó que luego también le mostraría a Faith y que ambas mantendrían la misma tradición cada miércoles: almuerzo vegetariano.

Luego, recibí las siguientes alentadoras palabras de parte de Sumi: "Quiero agradecerte por llevarme de compras y familiarizarme con diferentes productos de soya. Juntos salvaremos algunas vidas ofreciendo almuerzos vegetarianos los miércoles. Apreciamos todo lo que has hecho por nosotros y planeamos continuar con la tradición que nos ayudaste a establecer en nuestro centro".

Del tiempo que pasé en la Casa Chase y el Centro de Mujeres de la Avenida Montgomery, ahora sé que hacer obras de caridad puede ser una experiencia muy maravillosa e iluminadora. Muchas hermosas almas y grandes santos están allá afuera felices de asociarse con nosotros, y nosotros a la vez podemos aprender tanto de ellos. Gracias Maestra, for Tu Guía durante este tiempo y en todo momento.