Creado una comunidad mundial compasiva y vegetariana

Colombia y Venezuela

Un maravilloso viaje de intercambio
y unión con el Amor de la Maestra

Por la hermana iniciada María Eugenia Gallo, Bogotá, Colombia
(Originalmente en español)

Anclados profundamente en el gran poder de bendición de la Maestra, los compañeros iniciados de Perú, Colombia y Venezuela se unieron para distribuir los volantes Vida Alternativa en abril y mayo. Nuestra amorosa y educativa expedición nos dio la oportunidad de experimentar la esencia divina en la imponente belleza de los paisajes, así como en muchos maravillosos encuentros y milagros.

La mayoría de las zonas dentro y entre los dos países estaban separadas por largos viajes por tierra, los cuales resultaron ser hermosas y calmadas experiencias de meditación o de éxtasis, gracias a los preciosos panoramas. Luego pasábamos dos o tres días en las ciudades más densamente pobladas. El amor de la Maestra siempre estuvo presente apoyándonos, dándonos fortaleza, protegiéndonos, brindándonos consuelo, y recargando nuestras energías durante estos dos meses. Sentimos como si estuviéramos en un plano más elevado de conciencia al cual la Maestra nos llevó sutilmente. Este plano fue de tal nivel, que nunca fuimos afectados por lo que ocurre habitualmente en las situaciones más difíciles en las ciudades. Cuando pedíamos información, nos la daban inmediatamente. También nos encontramos con una actitud de franca cooperación y apoyo por parte de los taxistas y todos los trabajadores que tuvimos la oportunidad de conocer, y debido a eso, ahorramos tiempo y no sufrimos ningún contratiempo en términos generales. El apoyo de los miembros de la familia Quan Yin también fue maravilloso.

Distribuíamos volantes de seis a ocho horas al día bajo el sol abrasador. En las ciudades más grandes la multitud era tan intensa por momentos que nos mareábamos. Así que, incluso el sentarnos unos diez minutos nos permitía recobrar nuestra energía de una forma muy evidente, rápida y extraordinaria. También decidimos tener una mayor concentración interna mientras estábamos trabajando. Por eso, la Maestra nos mantuvo en un plano más sutil y nos protegió de forma maravillosa.

La energía amorosa de la Maestra que nos rodeaba nos dio una gran alegría y también mantenía una gran armonía entre nosotros, así como con todas las personas con quienes teníamos contacto. Pudimos percibir su apertura hacia la ternura, una mayor inteligencia que revelaba el amor en sus corazones.

También fuimos bendecidos con lugares excelentes para pasar la noche de manera gratuita. En casi todos los lugares pudimos encontrar restaurantes vegetarianos excelentes donde comimos exquisitamente. Las personas que nos estaban ayudando en este momento eran las mismas que conocimos y que nos ayudaron hace unos años; otro de los maravillosos arreglos de Dios.

En cada ciudad, la campaña de distribución de volantes parecía que invisiblemente atraía la atención de otros grupos espirituales. A donde fuera que íbamos, ellos sólo aparecían y nos ofrecían ayuda. Ellos estaban encantados por los volantes y su mensaje, y sintieron que ese era un inmenso apoyo a sus proyectos de promoción del vegetarianismo. De ellos recibimos información sobre los restaurantes, y llegamos a conocer sus proyectos, literatura y los servicios que ellos ofrecen al público.

Este contacto con los otros enfoques al vegetarianismo nos permitió valorar el pertinente y universal significado dentro del mensaje de nuestros volantes. El mensaje de Vida Alternativa tiene el amor como el tema central y las personas reciben el mensaje amoroso generalmente de una manera gentil, como lo es el cambiar al estilo de vida alternativo por razones honorables, responsables y compasivas.

Estuvimos en contacto con la Asociación Vegetariana Colombiana y la Asociación Vegetariana Latinoamericana en Venezuela. Se nos informó que pronto en Brasil habría una reunión mundial del vegetarianismo. También conocimos a otros grupos vegetarianos en la Universidad Central de Venezuela y en la Universidad de Zulia. Ahí compartimos con ellos nuestro contacto con un grupo de la Universidad Estatal de Colombia que estaba desarrollando un programa llamado "La revolución de la cuchara." Allí, los estudiantes están organizados para educar a la gente sobre un enfoque de vida que promueve el vegetarianismo, con el fin de erradicar el hambre y detener la violencia. Ellos también tienen una "olla comunitaria" donde preparan y distribuyen sin costo muchos platillos vegetarianos diferentes, en la Plaza Central del campus universitario, y algunas veces los estudiantes ayudan en la preparación de la comida. Después de enterarse de esto, los grupos vegetarianos en la Universidad Central de Venezuela y la Universidad de Zulia mostraron interés en actividades como esta, para impactar masivamente a los jóvenes estudiantes.

En todas las ciudades que visitamos, distribuimos los volantes en las universidades públicas, donde los profesores, directores y estudiantes le dieron la bienvenida a este mensaje. Todas estas universidades tienen al menos un restaurante vegetariano en sus alrededores. Muchos estudiantes no sabían de la existencia de estos restaurantes, así que compartimos esta información con ellos. También distribuimos muchos volantes a centros educativos por Bogotá y en la Celebración del Día del Trabajador el primero de mayo.

Las personas vegetarianas en algunas ciudades se sienten solas y presionadas por la sociedad. Pero recobraban sus esperanzas y fortaleza cuando se daban cuenta de la magnitud de la campaña de promoción del vegetarianismo de la Maestra. Ellos volvían después a ofrecernos muchas deliciosas recetas y nos contaban las cosas que habían descubierto.

Tuvimos, entre otras cosas, una maravillosa experiencia, de la cual pudimos percibir la energía de apoyo de la Maestra. Para entrar a Venezuela es necesaria una carta de invitación por parte de un ciudadano de ese país. Dado que las cartas de invitación enviadas por una familia de iniciados venezolanos no había llegado, no pudimos entrar al país. Así que tuvimos que continuar quedándonos en el apartamento donde estábamos en Cartagena. Cuando estaba entrando al elevador del edificio, el dueño de ese apartamento conoció a una señora que también vive en su edificio, que estaba acompañada por otra dama; más adelante ésta última resultó ser del Consulado de Venezuela. Nuestro vuelo estaba programado para salir al día siguiente a las 10:30 AM y ella arregló una cita para nosotros con un agente de viajes para las 8:45 AM. Al día siguiente, cuando fuimos a reunirnos al Consulado, ellos nos dijeron que la salida de nuestro vuelo había sido retrasada una hora, el tiempo exacto que tomó arreglar todos los requisitos de entrada, y fuimos capaces de llegar a tiempo para tomar el vuelo. Ellos rápidamente reservaron y pagaron un gran hotel para nosotros, con el cual fuimos capaces de entrar a ese país.

Sólo después nos pudimos dar cuenta de la magnitud de los obstáculos que tuvimos en contra para el trabajo de distribución en Maracaibo. No pudimos pasar el material impreso por la frontera, no pudimos imprimir más en esa ciudad, y tampoco pudimos contactar por Internet a las personas que podían ayudarnos. Después de cinco horas tratando de bajar algún material en un formato específico para imprimir, hubo una interrupción en la conexión de Internet y perdimos los esfuerzos de todo el día. No fue fácil obtener transporte para ir de un lugar a otro dentro de la ciudad; fue el único lugar donde no encontramos ni un solo restaurante vegetariano; y después de unos pocos días, de pronto, fuimos presionados a dejar nuestro lugar de hospedaje para mudarnos a otro. Dado que ya habíamos distribuido los 18.000 volantes que habíamos traído en nuestras maletas, decidimos marcharnos. Lo que funcionó de maravilla fue la meditación; pusimos la solución en manos de la Maestra.

Tan pronto como dejamos esa ciudad todo volvió a su curso normal. En un tiempo récord obtuvimos en Caracas cosas que sólo en una forma milagrosa podían ser obtenidas. En dos horas hicimos lo que en cinco días no habíamos podido ser capaces de hacer; y logramos, en una gran compañía, imprimir los volantes en sólo un día, a un costo muy favorable y de muy buena calidad. Después, cuando con éxito termínanos la distribución de volantes en Caracas y en las otras ciudades de Venezuela que habíamos seleccionado, tuvimos que volver a Maracaibo dado que no podíamos volver a Colombia desde una ciudad diferente. En ese momento, pudimos contactar a otros miembros de la familia Quan Yin, estructurar un plan, y completar de forma exitosa y fluida el trabajo que no habíamos podido hacer inicialmente, lo cual nos indicó que la Maestra había intervenido de nuevo para abrirnos el camino para completar el trabajo. Este contraste nos permitió aprender cómo diferenciar cuando es el momento apropiado y favorable y cuándo hay un bloqueo tan grande que es necesario retirarse, recargarnos, y volver a tratar de nuevo después. Esto también nos permitió ver las formas diferentes que la Maestra utiliza para guiarnos y apoyarnos. Asimismo, cuando llovía de vez en cuando, también pudimos sentir la presencia de la Maestra además de tener una atmósfera fresca en una ciudad muy caliente.

En términos generales, este proyecto que se abrió a nosotros, cuya magnitud al inicio apenas si podíamos ver, requirió un espíritu muy desinteresado. Llevarlo a cabo nos permitió darnos cuenta del gran potencial interno de todos nosotros, en unión con la Maestra y Su amor y protección. Crecimos, aprendimos mucho, a actuar con inteligencia, en calma, de una forma organizada y rápidamente, para lograr las metas que nos habíamos establecido. Esto demandó imparcialidad, cambio de hábitos, asumir y compartir responsabilidades, y tratar de hacer lo mejor posible; pero principalmente, exigió 24 horas de conexión divina diariamente. Cuando volvimos a casa, pudimos sentir nostalgia por ese maravilloso y sutil estado que habíamos experimentado y un anhelo por mantenerlo en nuestras vidas permanentemente. Lo que experimentamos fue realmente una extraordinaria llegada conjunta de bendiciones, guía y apoyo. Gracias, querida Maestra por esta maravillosa oportunidad; aunque el programa estaba dirigido a servir a los demás, fuimos los que crecimos en muchas maneras, espiritualmente y de otras formas.