Creando una comunidad mundial compasiva y vegetariana |
|
Caribe |
|
¡Un Maravilloso Crucero de Vacaciones "Vida Alternativa"!
Por el Grupo de Noticias de Orlando (Originalmente en inglés)
|
El 2 de septiembre del Año Dorado 3 (2006), 33 iniciados de los centros de Florida, Virginia, Maryland, Massachussets, Carolina del Norte, Nueva York y California, unieron sus manos y partieron en un crucero de siete días por el Caribe, para distribuir los volantes Vida Alternativa en Haití, las Islas Caimán, Jamaica y México. Trajimos 20.000 volantes en inglés y francés, 39.000 en inglés y español y 17.000 copias en inglés. Días Uno y Dos - En Alta Mar
En la partida, comenzamos distribuyendo los volantes en el aeropuerto de Miami. Entre los receptores, estuvo el personal de seguridad del aeropuerto. Una señora nos dijo emocionada, que desde hacía tiempo había estado considerando hacer lo mismo, y realmente apreciaba que estuviéramos haciéndolo una realidad.
A bordo del barco, nuestro gran grupo de comensales vegetarianos pronto atrajo la atención del jefe de cocineros, quien vino a saludarnos personalmente la primera noche y con gusto prometió prepararnos platos vegetarianos especiales, además de las opciones vegetarianas ya existentes en el menú.
En la segunda noche, el chef vino de nuevo e inquirió si estábamos complacidos con su comida. Él era una persona afable y un cocinero consciente. Le obsequiamos un librito gratuito y una revista de la Maestra, y prometimos enviarle por correo el libro Cocina Suprema. La mayoría de los empleados, también estaban al tanto de nuestra dieta vegetariana e hicieron un excelente trabajo. A los que se interesaron, les entregamos una Revista o un librito de muestra.
El Chef Jefe de Cocina (a la derecha) en el barco del crucero
La gerencia, también nos permitió amablemente usar uno de sus salones de conferencias sin costo alguno, para nuestra meditación grupal cada mañana. Estuvimos muy agradecidos por el arreglo de Dios, para que pudiéramos recargarnos con energía divina antes de partir a distribuir los volantes.
Día Tres - Labadee, Haití
En la parada en Labadee, Haití, repartimos aproximadamente 15.000 volantes bilingües en inglés y francés. Nuestros iniciados se dividieron en cuatro grupos por toda la isla. Todos los habitantes de la región que trabajaban en esas zonas, recibieron al menos una copia del volante Vida Alternativa. Con nuestra explicación detallada, muchas personas que habían estado muy preocupadas por el impacto en la salud que tiene el comer carne, decidieron comenzar la dieta vegetariana de inmediato. La mayoría se ofreció a llevar muchas copias para su familia y amigos que vivían en pueblos inaccesibles a los turistas.
Unos pocos lugareños dejaron sus números telefónicos y direcciones de correo, para que pudiéramos enviarles más volantes, entre ellas una Escuela Adventista del Séptimo Día con 7000 estudiantes. Como los Adventistas del Séptimo Día promocionan el vegetarianismo, la escuela estuvo muy abierta al volante Vida Alternativa y nos solicitaron que le enviáramos más.
Mientras distribuíamos los volantes, también tratamos de ayudar a la gente local, financieramente o mediante la compra de sus productos. Nuestros corazones se reconfortaban cuando veíamos sus sonrisas sinceras y felices. Un vecino derramó lágrimas de alegría cuando recibió nuestro donativo.
Día Cuatro - Ocho Ríos, Jamaica
En nuestra parada en Ocho Ríos, una hermana, entregaba volantes a los coches que pasaban a nuestro lado lentamente por el pueblo. Un taxista que recibió un volante, regresó una hora más tarde y pidió más información. Dijo que aunque había sido vegetariano por mucho tiempo, nunca había conocido los valores nutricionales de la dieta vegetariana hasta ahora. Una niña de colegio se llevó un volante y comenzó a leerlo, entonces volvió y pidió más copias para compartir con sus compañeros de clase. Los propietarios de tiendas receptivos, también ofrecieron quedarse con una pila de volantes, para compartir con sus clientes.
Una escolar repartiendo volantes
Un taxista local también fue muy amable y servicial. Después de conocer nuestra intención, nos llevó en coche al centro de un pueblo de las cercanías, donde había tiendas, bancos, iglesias y un mercado. En una hora, nuestro equipo repartió volantes a la gente que trabajaba o caminaba por las calles principales. Luego, el conductor nos llevó directamente a un hospital de la localidad. Estábamos realmente sorprendidos por su decisión. Resultó ser excelente y debe haber sido el poder de Dios en acción, lo que le dio ésta maravillosa inspiración. Nuestra información vegetariana fue un toque perfecto, para los pacientes que tienden a ser más receptivos a una perspectiva diferente en la salud.
Dado que la mayoría de la gente en Jamaica es cristiana, su respuesta a nuestro "!Que Dios le bendiga!" cuando les dábamos el volante, era de inmediata calidez y nos devolvían una mirada amorosa. Nada fue más reconfortante, que ver los rostros de esos pacientes iluminarse y florecer en sonrisas angelicales. Le dimos al taxista un librito gratuito durante el viaje, y sí, una generosa propina que suscitó una gran sonrisa en su rostro.
Cuando el equipo que iba a Montego Bay llegó después de dos horas de viaje, los chicos acababan de salir de la escuela. Había tanta gente caminando, que sólo nos paramos a ambos lados de las intersecciones y les dimos los volantes. Con miles de personas pasando a nuestro lado, todos los volantes desaparecieron en dos horas y media. En esta inocente isla del Caribe, muchas personas ya eran total o parcialmente vegetarianas y muchas nos dijeron que no comían carne. Una anciana fue especialmente linda, incluso abrió su lonchera para mostrarnos que toda su comida era vegetariana.
En el día cuatro, repartimos aproximadamente 20.000 volantes en Ocho Ríos y Montego Bay. Sentimos como si Dios, nosotros y los habitantes locales nos fundiéramos en uno. No podíamos decir si estábamos haciendo el trabajo de Dios, ¡o si Dios estaba haciendo nuestro trabajo!
Día cinco - George Town, Gran Caimán
La embarcación del crucero se detuvo en George Town, Gran Caimán, por la mañana. Como las islas Caimán están muy bien urbanizadas, con modernas instalaciones y comodidades, nos preocupaba un poco si una comunidad sofisticada como esa, estaría abierta a nuestra información vegetariana. Para nuestra sorpresa, los volantes fueron muy bien recibidos y apreciados. Algunos oficiales de policía, después de leerlos, nos dijeron que podíamos dejar más en las estaciones de policía. Una señora que trabajaba en una tienda de teléfonos celulares, salió a pedir una copia y más tarde volvió a salir para pedirnos una pila entera, para compartir con sus clientes.
Una hermana, entró a una tienda de ropa donde tres señoras estaban en el fondo leyendo la Biblia. Ellas nos dijeron amablemente que todas eran vegetarianas y que realmente apreciaban nuestros esfuerzos. También nos solicitaron que les dejáramos más volantes en la tienda, para dárselos a otras personas. Muy puras e inocentes, ¡incluso nos preguntaron si tenían que pagar por ellos!
La misma simpatía podía verse en todas partes de la ciudad. Cuando un iniciado fue a una tienda de telefonía celular y dijo a los empleados, que no podía hacer funcionar su celular de los Estados Unidos allí, le permitieron generosamente usar su teléfono interno, gratis. En otra ocasión, alguien respondió a nuestra petición de direcciones, ofreciéndose de inmediato a llevarnos en coche a nuestro destino. Cuando preguntamos por qué todos en la ciudad se veían tan amistosos y felices, una taxista respondió, que ella creía que la vida de todos debía tener muchas sonrisas y que la gente no debía ser egoísta. Parecía que muchos de los habitantes de esta isla tenían un nivel muy alto de conciencia espiritual.
Ese día también visitamos un gran hospital de la localidad y pedimos permiso para distribuir los volantes. El gerente leyó el volante y muy calurosamente agradeció nuestro esfuerzo. Así, colocamos pilas de volantes, en las mesas para revistas en cada sala de espera y también entregamos volantes a los pacientes.
Algunas de las remotas áreas residenciales a las que fuimos, no tenían mucha población, pero el conductor con gusto se detuvo, para que entregáramos volantes siempre que veíamos algunas personas. También pegamos volantes en las cabinas telefónicas y en los resguardos de los autobuses siempre que fue posible.
Cerca del muelle había algunos puestos de ventas, cuyos vendedores habían recibido un volante, temprano por la mañana. Cuando regresamos cerca del mediodía, una de las vendedoras nos dijo, que había decidido empezar a intentar la dieta vegetariana. Esta fue la segunda vez en este corto viaje, que la gente nos decía que quería cambiar a la dieta vegetariana de inmediato. Creemos que muchos más, de tales milagros de Dios, están ocurriendo sin que ni siquiera lo sepamos.
Mientras estábamos en la isla, también nos pusimos en contacto con un servicio de correo local y les pedimos si nos podían ayudar a entregar volantes en grandes cantidades. A la dueña del negocio le agradaba la idea de promover el vegetarianismo y deseaba hacer una investigación. Una hora más tarde, ella nos informó que podía entregar 2.000 volantes Vida Alternativa en los buzones residenciales y comerciales en el aeropuerto local, por un precio muy razonable.
Repartimos aproximadamente 20000 volantes en George Town, Gran Caimán. Aquí, notamos que nuestros esfuerzos de distribución, estaban siendo guiados por inspiraciones divinas, que como un rayo cruzaban nuestras mentes cuando las necesitábamos. Todo lo que teníamos que hacer, era aquietar nuestros pensamientos y escuchar estos sutiles mensajes internos.
* Nota: ¡La Maestra permaneció en Gran Caimán alrededor de un año!
Día Seis - Cozumel, México
Cozumel, es una isla a poca distancia del continente mexicano, que fue seriamente dañada por el Huracán Wilma el año pasado. ¡El día que llegamos, era el primer día que el muelle era restaurado para ser operativo desde la tormenta!
Cuando una hermana estaba distribuyendo volantes en la estación de taxis, un conductor se acercó a ella y dijo que quería ayudar. Como devoto cristiano que era, había tenido la sensación, más temprano esa mañana, de que ése sería un día especial, para que él hiciera el trabajo de Dios. Sentía que si perdía esta oportunidad, nunca la tendría otra vez. Más tarde cuando leyó nuestro volante, él comprendió que ésta era la misión que se suponía que debía hacer, así que se ofreció a llevarnos en coche al centro, donde había mucha más gente. Luego, no aceptó que le pagáramos la tarifa. Dijo que quiso hacerlo como su contribución a nuestra misión. La única cosa que nos pidió fue una foto de la Maestra y nuestra camiseta de Vida Alternativa.
Distribuimos cerca de 20.000 volantes en Cozumel y Playa del Carmen, México. Después, todos tuvimos un sentimiento de serenidad y beatitud. Estábamos todos satisfechos por dentro, por haber cumplido nuestra misión, gracias a la constante bendición y guía de Dios.
Mirando hacia atrás, a nuestro tiempo en el Caribe, repartimos aproximadamente unos 76.000 volantes. Más aún, tuvimos meditación grupal a diario, deliciosa comida vegetariana especialmente preparada por un chef, hermosas instalaciones para disfrutar en el barco, bellos paisajes, muchos hermanos y hermanas para darnos ánimo unos a otros, en la senda espiritual y el amor de Dios las 24 horas del día. ¡Qué más podíamos pedir de un crucero de vacaciones!
|