Perlas de la Web
El Substituto de Jesús
Por el hermano iniciado William Chan, Taoyuan, Formosa (Originalmente en chino)
Más abajo, se cita una parábola que actualmente está circulando en Internet. Se dice que una estatua, de tamaño natural de Jesucristo crucificado en la cruz, en una iglesia al norte de Europa, está respondiendo eficazmente a las oraciones y está atrayendo a muchos seguidores. El guardia de la puerta, al observar que Jesucristo, arriba en la cruz, tenía que manejar cada día muchos problemas de la gente, deseó compartir Su carga y rezó diariamente, para que su deseo pudiera realizarse. Entonces, un día mientras rezaba, el guardia oyó una voz que decía: "¡De acuerdo! Bajaré para vigilar la puerta por ti, y tú puedes subir a que te crucifiquen en la cruz. Sin embargo, no importa lo que veas o escuches, ¡o debes pronunciar ni una simple palabra!" El guardia pensó que ésta, era una condición muy simple, así que los dos intercambiaron sus roles. Jesús bajó y el guardia subió, sus brazos estirados clavados en la cruz como Jesús había estado. Interminables multitudes continuaban llegando a la iglesia para orar, pero nadie notó el cambio. A pesar de oír todo tipo de oraciones increíbles, el guardia se pudo contener de hablar y en cambio, guardó su promesa escuchando silenciosamente a la gente que se desahogaba. Entonces un día, un hombre rico vino a orar y distraídamente, dejó su billetera en la iglesia. El suplente de Jesús lo notó y quiso avisar al hombre rico pero se contuvo. Más tarde, una persona pobre llegó y oró para que Jesús le ayudara con las dificultades que estaba pasando. Entonces, cuando el hombre pobre estaba a punto de salir, vio la billetera del hombre rico a su lado, la abrió y encontró que estaba llena de dinero. El hombre pobre se alegró mucho, y agradecido en su corazón dijo: "Querido Jesús, ¡Eres realmente maravilloso! ¡Has contestado a mi oración! y entonces, se fue a casa absolutamente feliz. Sin embargo, el substituto de Jesús en la cruz desaprobó esta acción y hubiera querido aconsejarle, de no tomar el dinero que no le pertenecía, pero desgraciadamente tenía que mantener su promesa y no dijo nada. Un rato después, un jovencito que estaba a punto de viajar al extranjero en un barco, vino a pedir a Jesús Sus bendiciones para tener un viaje seguro, y justo cuando se estaba preparando para salir de la iglesia, el hombre rico entró corriendo, le agarró y le exigió que le devolviera el dinero. El joven no sabía qué había pasado y sobrevino una violenta discusión. En ese momento, el substituto de Jesús no pudo contenerse más y desde la cruz, explicó a los dos hombres lo que había sucedido. Al enterarse de la verdad, el hombre rico se fue a buscar al hombre pobre y su dinero, mientras el joven se marchó al barco. En ese momento el verdadero Jesús, Quien había estado desempeñando el papel de guardia, entró y señalando al substituto de Jesús en la cruz dijo: "¡Tú, Baja! No estás capacitado para ocupar ese puesto." ¿Me equivoqué al contar la verdad y defender la justicia? preguntó el guardia. "Pensabas que estabas defendiendo la justicia, pero ¿realmente lo estabas? El hombre rico no carece de dinero; de hecho, planeaba gastar el dinero de su cartera en un burdel. Sin embargo, la misma cantidad habría bastado para mantener al pobre hombre y a su familia por algún tiempo", dijo Jesús. "Sin embargo, la víctima más desafortunada fue el jovencito. Si el hombre rico lo hubiera retenido y demorado de tomar el barco, su vida se habría salvado. Ahora, el barco se está hundiendo y él se está ahogando." Esta parábola puede sonar como un chiste, pero transmite una profunda enseñanza. En la vida real, a menudo pensamos que nuestros arreglos son los mejores, pero casi siempre las cosas son diferentes. La verdad es que todas las situaciones, tanto buenas como malas, son siempre las mejores disposiciones para nosotros, y sólo cuando nos hayamos dado cuenta de este hecho, podremos estar agradecidos en los buenos tiempos y permanecer dichosos incluso en los malos tiempos. La parábola también queda ilustrada mejor con las siguientes palabras de la Maestra: Tenemos que dar gracias a Dios, cada vez que Él, nos da la oportunidad de aprender el camino mas rápido para entender la Verdad, lo cual elimina todas nuestras miserias; porque la Verdad realmente nos hará libres. Si no sabemos eso, siempre estaremos preocupados. Siempre nos sentiremos terribles y preguntaremos: "¿Por qué hay miseria?" Entonces, dado que no lo sabemos, nos preocupamos todo el tiempo e intentamos cuidar de cada cosa pequeña. Pero nunca podremos cuidar lo suficiente, porque todo va con el plan universal y nosotros solo somos una pequeña partícula del cosmos. Siempre nos preocupamos como si fuéramos Dios, e intentamos arreglar la paz en el mundo. Intentamos hacer todo en nuestras vidas, con el objeto de alcanzar lo que creemos que debemos y olvidamos que solo se hará el deseo de Dios, no el nuestro, porque nosotros no sabemos nada." (Expuesto por la Maestra Suprema Ching Hai, Munich, Alemania, el 18 de agosto de 1995, Originalmente en inglés; Revista Noticias #54, sección de La Maestra Dice: "Dios Cuida de Todo")
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