Xinxin era un pequeño perro callejero. Hace tres años, saltó al coche del esposo de la Sra. Yao y lo siguió a casa. La Sra. Yao quiere mucho a Xinxin y ha estado cuidando muy bien de él desde entonces. Sin embargo, ella nunca esperó que algún día este perro adoptado, en un momento crítico, salvara su vida.

La Sra. Yao, de 42 años de edad, vive en la ciudad de Han Kou. Ella tiene hipoglucemia, (azúcar baja en la sangre) y no ha estado bien de salud. No hace mucho, una tarde, cuando la Sra. Yao estaba a punto de ir al baño, Xinxin intentó seguirla, pero ella le cerró la puerta. Unos minutos más tarde, cuando intentaba ponerse de pie, de pronto se cayó al suelo y quedó inconsciente. Quizas Xinxin olió la sangre en el baño, así que el pequeño perro usó sus patas y rompió la puerta de madera. Entró corriendo e intentó salvar a la Sra. Yao, quien yacía en el suelo con la cabeza sangrando profusamente. Xinxin empezó a ladrar sin parar y tocaba la frente de la Sra. Yao con su pata. Con la ayuda de Xinxin finalmente ella recuperó la conciencia.

Al principio la Sra. Yao no se daba cuenta de lo que había pasado, hasta que se vio cubierta en sangre. Sabía que su situación era grave, pero ni su marido ni su hija estaban en casa. Afortunadamente, la amiga de su hija estaba trabajando en la computadora arriba, así que pidió ayuda. Con la ayuda de esta chica y unos vecinos, la Sra. Yao llegó al hospital. Para entonces, sólo habían pasado 30 minutos desde el incidente. El médico explicó, que debido a la hipoglucemia, cuando la Sra. Yao se puso de pie, había caído inconsciente, además de sangrar mucho cuando se golpeó la cabeza al caer; de modo que, si no hubiera sido encontrada a tiempo, las consecuencias habrían sido inimaginables.

Xinxin, solía tenerle miedo a los fuegos artificiales durante la celebración del Año Nuevo. Pero cuando llevaron a la Sra. Yao al coche, el perro muy valientemente bajó corriendo las escaleras, saltó al coche y estaba a punto de acompañarla al hospital. Sin embargo, debido a las restricciones del hospital, Xinxin tuvo que esperar en la oficina de los guardas de la comunidad.

Aunque Xinxin es un perro pequeño, usó su inteligencia y forzó su entrada al baño cuando su dueña estaba en peligro. Despertó a la Sra. Yao, quien estaba inconsciente, conquistó su propio miedo a los fuegos artificiales e insistió en ir con ella al hospital. Xinxin nos ha dado un gran ejemplo de lealtad y valentía.

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