La Maestra cuenta historias

 

El Caramelo

y

Dios

 

 

Expuesto por la Maestra Suprema Ching Hai, San José, California, EUA
16 de julio de 1994 (Originalmente en inglés) Videocinta #438

 

Hay una historia hindú, acerca de una barrita de caramelo, que fue a ver a Dios al Cielo y se quejó: “Querido Dios, soy tan dulce. ¡Soy tan rico! Cumplo con los Cinco Preceptos. Medito todo el tiempo”. Como ustedes saben, el caramelo de azúcar siempre está sentado en la mesa, sin hacer nada. Dice que nunca le hace daño a nadie. “Pero cualquiera, incluso las hormigas, las moscas –cualquiera que se me acerca quiere comerme. ¿Por qué? ¿Qué es lo que he hecho? ¿La ley del karma ya no existe más?” Porque Dios dice que si haces algo mal, si hieres a alguien, si eres amargo, entonces la gente te devolverá la amargura. Pero si eres dulce con la gente, si eres agradable y no le causas ningún daño a la gente, entonces, nunca te harán daño, ¿cierto?

Así que el caramelo dijo: “¿Por qué yo? Yo soy un dulce. (Risas) Soy tan dulce y la gente siempre me come y abusa de mí, ¿por qué?” Y Dios dijo: “Es mejor que des un paso atrás antes de que te conteste”. Y el caramelo dijo: “¿Por qué?, ¿no te gusto?” Así que Dios le dijo: “¡Sólo hazlo! ¡Hazte a un lado! ¡Aléjate, por favor!” Casi pierde la paciencia. Oh, Él gritó muy fuerte, muy alto. Y el dulce temblaba, creyendo que Dios se había enojado y que no le gustaba. Dijo: “M-m-mi- D-d -dios, ¿pero qué hice?” Así que Dios le dijo: “Tú no hiciste nada, pero si permaneces muy cerca, ¡también tendré ganas de comerte!” (Risas y plausos)

Todo en este mundo tiene su propia naturaleza. Algunos son encantadores, algunos seductores, como el dulce, el chocolate, los pasteles y algunos lo queman todo como el fuego, tan pronto como te le acercas. Es como el Maestro, nunca podéis entenderlo, a él o a ella. En un minuto es así, al otro minuto es diferente. Ella hace un montón de cosas, pero nunca la vemos haciéndolo. Todo es tan incomprensible. Así es el Maestro. El llamado Maestro es así. Así que no podemos culpar al Maestro por hacer esto o aquello, o por regañarnos, sino sólo debemos ser cuidadosos. Si estamos cerca, debemos mantener nuestra mente pura. Pero a veces usted no puede alcanzar su mente. Antes de que puedas llegar a ella, ya ha pensado en algo. Es demasiado tarde. Y entonces, el Maestro ya lo ha tomado, porque ya está ahí. Entonces, es demasiado malo. O quizás hiciste algo ayer y llegas a verla hoy; y puedes haberlo olvidado, pero la Maestra no. Entonces ese es el asunto.