Carta entre la Maestra y los Discípulos
La Maestra me cuida a Través de
Por la hermana iniciada Ya-fen, China (Originalmente en chino)
Amada y venerada Maestra, Me inicié hace más de un año. Durante ese año, la iniciación ha tocado mi vida de muchas maneras. ¡Tengo tanto que decirle que no sé por donde comenzar, porque me ha dado tanto amor! Todavía recuerdo que para el seminario de Tailandia del año pasado, había reservado mi boleto de regreso para el 30 de noviembre. Sin embargo, Usted nos dijo que nos daría un regalo sorpresa después de la cena. Estaba indecisa entre quedarme para recibir el regalo e irme a casa. Por supuesto, anhelaba recibir el regalo, pero me estaba quedando sin dinero. Afortunadamente, algunas hermanas compañeras reunieron dinero suficiente para que pudiera cambiar el boleto. Mientras tanto, estaba preocupada que para cuando regresara a casa, mi esposo estuviera molesto, debido a que él es quien está a cargo de las finanzas. Así que recé silenciosamente en mi corazón a la Maestra para que me ayudara a resolver este problema. Mi oración fue respondida. Cuando llegué a casa, toda la familia incluyendo mi esposo estaban todos muy emocionados y se amontonaron alrededor mío preguntándome por historias de mi viaje. Mi esposo también me dió dinero para que pudiera pagar de vuelta a la hermana iniciada al día siguiente. ¡Casi no podía creerlo! Maestra, ¡supe muy bien que fue debido a Su ayuda. ¡Muchas gracias! Otro día, cuando estaba cocinando la cena, mi madre, quien está en sus setentas, vino a visitarme. Lamentándose porque había tenido que caminar una distancia tan larga, rápidamente la ayudé para que entrara a la casa y se sentara. Luego, le serví una bebida y conversé con ella por unos diez minutos. De repente, vi una nube de humo negro sobre mi cocina, y me pregunté quién estaba cocinando que producía tanto humo. ¡En un instante, recordé que era mi propia cocina, y que había olvidado apagar el fuego y el ventilador! Corrí a la cocina y me sobresalté de ver que un gran fuego había rodeado a la estufa de gas y al ventilador. Esta escena atemorizante me produjo pánico, pero rápidamente recordé recitar los Nombres Sagrados mientras intentaba apagar el fuego. En poco tiempo, toda la cocina se redujo a residuos. Luego, limpiando el área, encontré que todas las botellas plásticas debajo y encima de la estufa de gas fueron derretidas por el fuego, sin embargo la ventana de madera estaba intacta. Lo más afortunado fue que el cilindro de gas no explotó a pesar de que sólo estaba a un metro de la estufa de gas. Este incidente fue otra prueba de que Ud. nos ha ayudado y bendecido silenciosamente. Le agradecemos por Su misericordia al cuidarnos y protegernos a donde sea que vayamos. Estimada Maestra, ¡seguiré y practicaré firmemente Sus enseñanzas, y haré lo mejor para compartir el Método Quan Yin, para que así más personas puedan vivir una vida feliz y se conviertan en seres nobles y perfectos! ¡Deseándole buena salud y éxito en Su trabajo de difusión de la Verdad!
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